Soy puro talento
El martes en mi curso de Diseño de indumentaria a través del reciclaje -faaaa! hasta parece algo muy importante- vimos diapositivas y libros de gente que hizo vestidos de novias con preservativos, carteras con guantes y muebles de cartón corrugado ideales para sentarse a contemplar una lluvia bien fuerte.
En la segunda parte, tuvimos que pensar en qué podía transformarse todo el cachivacherío que sacamos del fondo de nuestros placares, allí donde las naftalinas y las polillas conviven en fatal armonía. De la bolsa de Jésica y la mía surgieron:
En la segunda parte, tuvimos que pensar en qué podía transformarse todo el cachivacherío que sacamos del fondo de nuestros placares, allí donde las naftalinas y las polillas conviven en fatal armonía. De la bolsa de Jésica y la mía surgieron:
- Un chaleco de una remera que ya me quedaba ultra chica hasta a mí:
- Un vestido strapless a partir de una pollera con enagua
- Una blusa desde un vestido de gasa -sin cabeza porque salí mal-
- Y la estrella: la súper remera desde una polera fea y una pollera
Y sin fotografiar: el tapado de verano desde un vestido viejo que tenía elástico inmortal y un bolero desde mi pantalón caqui. Caqui es un color feo y no lo ubico del todo, es casi tan feo como magenta y cian.
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